miércoles, 27 de mayo de 2015

"Joaquín Quintanilla enamorado" (Relato de Esaú Alonso Elizo). La autocompasión y el dar pena.


Como cada mañana, Joaquín Quintanilla acudía a su puesto de trabajo. Llovía bastante. Pareciera que el otoño quisiera dar así muestras de nostalgia a una tarde que caminaba de la mano de las bajas temperaturas. Al menos entonces, las vistas eran privilegiadas, pues no estaba ese camión de frutas ocultando el maravilloso puesto de castañas al otro lado de la acera.

Llegó la hora de cada día, y esa figura radiante apareció de nuevo bajo un paraguas que pareciera hecho a su medida. Sus botas de tacón alto se entrecruzaban a cada paso, con un caminar que recordaba al de las mejores pasarelas, esas que a veces Joaquín veía por la pantalla gigante de la calle. Su melena enredada ocultaba toda una vida, cabalgando al trote inglés entre una cintura que seguro fue esculpida por los mismos dioses.

Una falda larga, dibujándola el trasero, abrazaba una blusa blanca con el mismo candor que lo hace un amante, y unas manos envueltas en  guantes de lana invitaban a sumergirse en un baño de caricias. 
Ese día no llevaba gafas, por lo que Joaquín asistió perplejo a ese fenómeno que eran sus ojos, allá a lo lejos, en la otra acera. 

Joaquín recibía a sus clientes y les convencía para venderles su momento. No tenía ese día más techo que un cielo tristón, pero nunca se sintió tan feliz por aquel impulso.
Su acordeón, ese que ahora había dejado de sonar, se quedó en un rincón llorando agua de lluvia. Fue entonces que Joaquín abrió una pequeña bolsa de cuero para sacar una pequeña cámara de fotos que un niño le había regalado. 
Ella había terminado de comprar sus castañas, por lo que Joaquín, cruzando descalzo la calle, se acercó al abrigo de su paraguas y le dijo:
-Señorita, por favor, ¿podría hacerme una foto?
- Claro! - contestó ella
Al recibir la cámara, y tras unos segundos, rompió a reír. 
- ¡No puedo hacerte una foto con una cámara de juguete!
- No hace falta, señorita -contestó Joaquín-. Mis retinas, en su lugar, ya le hicieron una foto a usted.
- Estás un poco loco, ¿no?
- Así es... ¿Acaso no es el amor una locura? Venga. Cruce la calle conmigo, y permítame dedicarle una vida con mi música. Tan sólo le pediré, esta vez, que me pague con su sonrisa.



Esaú Alonso Elizo
* * *

¿Quién no se ha sentido mal tratado por la vida alguna vez? ¿Quién desde su más tierna infancia no pensó que las cosas de la vida le costaban más que al resto de los humanos? ¿Quién no se ha visto en alguna ocasión sumergido en su incapacidad para resolver un mar de dudas?

miércoles, 13 de mayo de 2015

ATRACCIÓN Y ENAMORAMIENTO: ¿QUÉ TE HACE ELEGIR A ESA PERSONA?


¿Cuántas veces te has cruzado en la calle, el bar de copas o el supermercado de la esquina con alguien que te ha resultado sumamente atractivo? ¿En qué ocasiones te habrás preguntado después qué es lo que, a tus ojos, hace a esas personas irresistibles? ¿Por qué unas personas sí y otras no pueden ejercen ese poder de atracción sobre ti?
Todas estas preguntas nos las hemos hecho en uno u otro momento de nuestra vida, estando en pareja o no.
¿Cuáles son los motivo de esa atracción selectiva?
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...